La Diosa de la Lluvia o Fertilidad: su documentación a través del tiempo

Leonardo Páez
Publicado en 2008 en: http://www.rupestreweb.info/diosalluvia.html 

En mis caminatas por las montañas que bordean el Valle del río Vigirima, zona norte del Lago de Valencia, Municipio Guacara del Estado Carabobo, he quedado maravillado por lo esplendoroso del paisaje, la vista hermosa al Gran Lago y por su cantidad de rocas con petroglifos, legado histórico americano conocidos folklóricamente como "Piedra de los Indios" o "Piedra de los Muñecos", por nombrar sólo dos de los términos más comunes.

Entrada a Piedra Pintada. Al fondo el pico Vigirima. Foto: Leonardo Páez, año 2002.
Los petroglifos son grabados sobre rocas (petro: piedra; glifo: grabado o surco), simbología utilizada por los primigenios del continente como manifestación de su cosmogonía, ideas o seres, constituyendo un misterio que hasta hoy se define indescifrable.

    Dentro de estos hallazgos arqueológicos producidos en las laderas y montañas del valle del río Vigirima destaca “Piedra Pintada”, el cual presenta un importante conjunto de petroglifos,  alineamientos de piedra y fragmentos cerámicos prehispánicos, que indican la posible presencia de un centro ceremonial y religioso, evidencias materiales de reconocida calidad estética situados en un agradable paisaje natural (Rivas, 1999).

    Para mediados de los años noventa del siglo pasado, el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) en coordinación con el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), la Fundación del Patrimonio Histórico y Cultural de Carabobo (FUNDAPATRIA), la Gobernación del Estado Carabobo y un equipo de arquitectos, realizaron estudios en el yacimiento Piedra Pintada, con la finalidad de proceder al diseño del proyecto para la creación de un Parque Arqueológico, a la par de gestionar su declaratoria como Bien de Interés Cultural de la Nación, ratificado por decreto en 1999 (Rivas, Op. Cit.). Desde esa fecha Piedra Pintada se convirtió en el primer Museo Parque Arqueológico en funcionamiento del país.

    Asimismo, según estudios de este instituto en coordinación con otras instancias, partiendo de las similitudes en el estilo de los petroglifos de Piedra Pintada con decoraciones presentes en la artesanía saladoide, barrancoide, dabajuroide, chicoide y taína, de posible lengua arawaca, se señala la factibilidad de manufactura de buena parte de los grabados de este yacimiento en un período comprendido entre los siglos I y IX d.C (Instituto del Patrimonio Cultural, 1997: 10). De igual manera la propuesta del investigador Omar León en conjunción con otros autores (Revista FACES, 1999-2000), establece relaciones entre las grafías y la Serie Cerámica Barrancoide, proponiendo una cronología relativa semejante para los estilos El Palito y La Cabrera, correspondientes a esta Serie, según Sanoja (1979) entre el año 1 y el 700 d.C., con una ocupación y empleo del lugar por comunidades Valencioides entre los siglos VIII y XVI.

    A grandes rasgos, es factible los inicios del Arte Rupestre del Valle del río Vigirima a períodos más allá de dos mil años, teniendo vigencia hasta poco después de la presencia hispana. Nos referimos a un ciclo de tiempo de trabajo lítico por lo menos de mil quinientos años, donde diferentes grupos humanos, establecidos permanentemente o no en la Cuenca Tacarigüense, tallaron la dura roca, realzándola con su arte, transmitiéndole vida con sucesos  de su cotidianidad, con su propia imagen antropomorfa, con los símbolos de sus ceremonias mágicas y de su indescifrable mundo interior.


Dibujo de Luis Oramas del panel rocoso contentivo de la Diosa de las lluvias, así nombrada por él. Fuente: Oramas, 1959 [1939].
En el promontorio natural frente al área de estacionamiento del museo Piedra Pintada, encontramos la mayor área de concentración de petroglifos. Allí destaca una piedra totalmente trabajada que, por la variación en la profundidad en los surcos de las grafías, da la impresión de tener diseños realizados en diferentes períodos; a través de un proceso continuado de trabajo lítico. Entre ellos resalta uno sumamente destacado: la famosa “Diosa de la Lluvia o Fertilidad”, propuesta de significancia para esta representación atribuida a Luis Oramas (1959 [1939]: 209), quien escribiría de ella lo siguiente: 
“…Trepando la senda en referencia, a la derecha se encuentra entre los petroglifos, uno extremadamente notable que podemos considerarlo representativo de la diosa del Invierno; es bastante artística.  En el primer término ostenta primorosamente una figura humana, con los ojos oblicuos simétricamente y con adornos estilizados a su alrededor; a un lado figuran caracoles (quiguas o cuacuaros como los nombraban los Cumanagotos) en actitud de arrastrarse hacia la imagen; a estas especies de animales terrestres en tiempos de lluvias se les ve andando en distintos sentidos, por eso caracterizan la humedad invernal; entre otros detalles se ven como ofrendas: una de ellas es como una figura humana liada…”.
“La Diosa de la Lluvia” es el petroglifo más conocido de la geografía guacareña y tal vez de toda la región de la Cuenca del lago de Valencia, siendo emblema de muchas instituciones educativas, ecológicas, ambientalistas, encontrándose inclusive representada dentro del escudo del municipio Guacara.

     La “Diosa de la Lluvia”, para muchos uno de los diseños rupestres más hermosos del país, ha sido presentada en múltiples documentos a lo largo del tiempo por diferentes estudiosos del tema rupestre. La más antigua conocida corresponde a Luis Oramas (Op. Cit.), quien en 1939 presenta sus investigaciones sobre Piedra Pintada en un Congreso Internacional de Americanistas celebrado en México (fig. 1).


Figura 1. Diosa de la Lluvia, versión Oramas, 1959. Fuente: Oramas, 1959 [1939]. Digitalización: Leonardo Páez.
Posteriormente Saúl padilla (Pictografías indígenas de Venezuela, 1956), uno de los pioneros en la investigación rupestre, publica una versión atribuida a Luis Rivero Salas, difundida en un diario de Caracas en el año 1949 (fig. 2).


Figura 2. Diosa de la Lluvia, versión Rivero Salas. Fuente: Padilla, 1956. Digitalización: Leonardo Páez.
Pasa el tiempo y la obra auspiciada por la Fundación Ateneo de Guacara y publicada con motivo de la celebración de los 290 años de la fundación de Guacara, “Petroglifos de Tacarigua” (Idler, 1985), trabajo que se ha convertido en todo un clásico del estudio de las manifestaciones rupestres de Carabobo, presenta en la portada (fig. 3) y en las páginas interiores lo que se ha convertido en la imagen más conocida de la Diosa, destacando el óvalo con tres puntos en su parte superior. Esta misma imagen es publicada en el libro “El Diseño en los petroglifos venezolanos” (De Valencia y Sujo, 1987: 273), obra auspiciada por la extinta Fundación Pampero (fig.4).


Figura 3. Diosa de la Lluvia, versión Idler. Fuente: Idler, 1985. Digitalización: Leonardo Páez.
Figura 4. Diosa de la Lluvia, versión De Valencia y Sujo. Fuente: De Valencia y Sujo, 1987. Digitalización: Leonardo Páez.
En 1999 el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) publica en su serie “Inventarios”, el cuaderno “Sitios Arqueológicos de Venezuela 1”, cuya portada revela una imagen de la piedra contentiva de la “Diosa de la Lluvia” (fig. 5).   


Figura 5. Diosa de la Lluvis, versión IPC. Fuente: IPC (1999). Digitalización: Leonardo Páez.
Con la apertura de las labores museísticas y con el auspicio de su coordinador Omar Idler, comienzan los trabajos de registro y sistematización del material rupestre de Piedra Pintada y sitios adyacentes. A través del uso y aplicación de técnicas novedosas de registro, el conocimiento y control del espacio y el empeño del equipo de sistematización, se ha adelantado en el inventario y codificación del material arqueológico no solo de Piedra Pintada sino inclusive de todo el valle de Vigirima.  

    De esta manera se ha obtenido una reproducción fidedigna del petroglifo conocido como “Diosa de la Lluvia” (figs. 6 y 7), como contribución al conocimiento y difusión del patrimonio cultural y que cierra todo un ciclo de investigación, comenzado hace 68 años.


Figuras 6 y 7. Calco e infografía de la Diosa de la Lluvia, versión Páez. Infografía: Gustavo Pérez.
BIBLIOGRAFÍA 

      Idler, Omar. 1985. PETROGLIFOS DE TACARIGUAEdiciones Ateneo de Guacara. 
Instituto del Patrimonio Cultural. 1997. SITIOS ARQUEOLÓGICOS DE VENEZUELA 1. Colección Cuadernos del Patrimonio Cultural, Serie Inventarios. Pág. 9.  
León, Omar; Delgado de S., Yamile; Falcón, Nelson; Delgado, Rafael. 1999. LOS PETROGLIFOS Y COSMOGONÌA PREHISPÀNICA EN LA CUENCA DEL LAGO DE VALENCIA (VENEZUELA). Archivo del Museo Parque Arqueológico Piedra Pintada. Tomado de la Revista FACES, año 8, nº 18. Octubre 1999-mayo 2000.
Oramas, Luis R. 1939. PREHISTORIA Y ARQUEOLOGIA DE VENEZUELA. Artículo aparecido en las Actas de la Primera Sesión del 27º Congreso Internacional de Americanismo, México. Págs. 277 a 302.
Padilla, Saúl. 1956. PICTOGRAFIAS INDIGENAS DE VENEZUELA. Talleres de Grabados Nacionales. Caracas.
Rivas, Pedro. 1999. GUÍA INTRODUCTORIA PARA EL PERSONAL DE GUÍAS DEL MUSEO PARQUE ARQUEOLÓGICO PIEDRA PINTADA. Archivos del MPAPP, Guacara.
Sujo, Jeannine y De Valencia, Ruby. 1987. EL DISEÑO EN LOS PETROGLIFOS VENEZOLANOS. Fundación Pampero.



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