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Mostrando entradas de marzo, 2024

Comunidades con arte rupestre e imaginarios populares

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Las particularidades representacionales que se expresan en comunidades con arte rupestre son producto de matices surgidos de la recepción, convergencia, traducción y recreación en el tiempo de referentes culturales que influyeron y siguen influyendo en los resultados de proyectos elitistas de construcción identitaria nacional. Lo dicho por Julio César Salas en la segunda década del siglo XX ilustraría estas diacronías, mostrando la recreación de creencias religiosas amerindias imbricadas entre cultos marianos y otras advocaciones a santos católicos:     Y ni aun católicos resultaron los pobres indios, no obstante su evangelización interesada; sus viejos cultos permanecen aún latentes a través de las centurias, y el fetichismo e idolatría ancestral americana revive en estas vírgenes milagrosas de Guadalupe, Chinquinquirá [sic], en el Santo Cristo de la Grita y en la multitud de santos milagrosos y aun nuevas advocaciones, como la de la Mano Poderosa, […] Sí, los indios no son católico

Jenny de Tallenay y su paso por las tierras del lago de Valencia

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        Resulta conveniente advertir la breve reseña que Jenny de Tallenay hizo del sitio con arte rupestre Piedra los Pilones , durante su paso y estancia alrededor de 1880 por los pueblos ubicados en la orilla norte del lago de Valencia. Su testimonio incluye un excelente dibujo, siendo éste el primer documento gráfico conocido sobre el arte rupestre de la cuenca del lago de Valencia, disponible sólo en la primera edición en francés de sus apuntes de viaje (Tallenay, 1884: 281). Se trata de una peña donde se ubican por lo menos quince oquedades de diferentes diámetros y profundidad, representando un caso único en las manifestaciones rupestres de la región tacarigüense. Se ubica en el actual poblado de Mariara, en el cauce del río homónimo, cercana a las orillas del lago de Valencia por la falda oeste de la península La Cabrera. Sobre ella, Tallenay escribiría lo siguiente:   …nos dirigimos a pie, guiados por un negrito, a campo traviesa, en búsqueda de la “piedra de los indios”, un

Los proto-arawak y la producción de arte rupestre de la región Tacarigüense

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        La colonización proto-arawak de la cuenca del lago de Valencia (región Tacarigüense, centro-norte de Venezuela) alrededor del año 300 d.C., marcaría el punto de consolidación de un sistema  basado en relaciones de interdependencia y complementariedad. En efecto, l as comunidades surgidas de este devenir histórico, conocidas arqueológicamente como barrancoides del centro, saladoides costeros y ocumaroides,  manteniendo sus propias identidades étnicas,  habrían sido capaces de apuntalar  una unidad social (o lo que algunos autores llaman una comunidad de cultura o esfera de interacción), con atributos suficientes para la negociación de aspectos vitales para su reproducción biológica y social, tanto intra como interregional. En este escenario de reciprocidad, los sitios con arte rupestre de la región posiblemente formaron parte de la organización del espacio vivido proto-arawak, constituyendo puntos de referencia del paisaje socialmente compartido. La producción de nuevos espaci

Juan de Villegas y el lago de Valencia

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         Al decir de algunos cronistas, para el año 1543 la ciudad de Coro se encontraba casi despoblada y cercana al abandono. Quedaban sólo pocos moradores, pues la mayoría de los europeos habían salido con los Belzares en jornadas de conquista (Oviedo y Baños, 1992 [1723]: 86; Sucre, 1964: 33; Avellán de Tamayo, 1997: 235). Por tal motivo, el español Juan de Villegas fue comisionado por el gobernador interino Henrique Rembolt para comandar desde Coro una expedición hacia Maracapana y Cubagua, esto es, hacia la costa oriental de la actual Venezuela. El propósito sería buscar gente y pertrechos para repoblar la ciudad, y de paso establecer los límites jurisdiccionales de la provincia de Venezuela (Oviedo y Baños, 1992 [1723]: 86; Nectario María, (2004) [1967]: 166; Avellán de Tamayo, 1997: 235; Montenegro, s/f: 45 ). Según reseña Oviedo y Baños, Juan de Villegas partió de Coro en marzo de 1543 con veinte hombres (entre ellos Diego de Losada) y el título de Justicia Mayor y Capitán G