Jenny de Tallenay y su paso por las tierras del lago de Valencia

       Resulta conveniente advertir la breve reseña que Jenny de Tallenay hizo del sitio con arte rupestre Piedra los Pilones, durante su paso y estancia alrededor de 1880 por los pueblos ubicados en la orilla norte del lago de Valencia. Su testimonio incluye un excelente dibujo, siendo éste el primer documento gráfico conocido sobre el arte rupestre de la cuenca del lago de Valencia, disponible sólo en la primera edición en francés de sus apuntes de viaje (Tallenay, 1884: 281). Se trata de una peña donde se ubican por lo menos quince oquedades de diferentes diámetros y profundidad, representando un caso único en las manifestaciones rupestres de la región tacarigüense. Se ubica en el actual poblado de Mariara, en el cauce del río homónimo, cercana a las orillas del lago de Valencia por la falda oeste de la península La Cabrera. Sobre ella, Tallenay escribiría lo siguiente: 

…nos dirigimos a pie, guiados por un negrito, a campo traviesa, en búsqueda de la “piedra de los indios”, una de las curiosidades de la población. Esta piedra, que yace a orillas de un torrernte, sombreado de todos lados por macizos de árboles, es un monumento del pasado. Larga de unos cuatro metros y ancha de unos dos metros, su superficie está horadada por trece agujeros redondos de un pie de profundidad y cuarenta centímetros de diámetro. Estos agujeros, a igual distancia unos de otros, han sido formados por los mazos de las mujeres indias que machacaban allí su maíz. Siendo la roca muy dura, se necesitaron varias generaciones para ahuecarla y dejar en ella estas señales de ruda labor y paciente resignación (Tallenay, 1954 [1884]: 228-229).

 

Dibujo de la Piedra los pilones incluido en la obra souvenirs

du Venezuela, de Jenny de Tallenay (1884).


Del testimonio de Tallenay derivan varios aspectos a resaltar. En primer lugar, nótese el término con que los lugareños conocían a la peña, uno de los topónimos comunes en torno a los sitios con arte rupestre del país. En segundo término, destaca la creencia en que las oquedades se hicieron por el uso indígena de la piedra para la molienda del maíz, probablemente escuchado por la autora de quien la llevó a conocerla. Se trataría así de un imaginario local, incluso mantenido en la actualidad, constatado por quien escribe en sus visitas al sitio con arte rupestre. Asimismo, se distingue el carácter “atractivo” del lugar para los transeúntes del paso de la Cabrera, el único camino terrestre para acceder a la culata oriental del lago de Valencia. Ello supondría la ausencia de tabúes locales que prohibían, por ejemplo, el tránsito o estancia en el lugar, so pena de caer bajo influjos de fuerzas funestas, tal cual se ha compilado en otros espacios rupestre, como se tratará en el apartado correspondiente. 

 

Piedra Los Pilones, año 2010. Foto del autor.

Referencias bibliográficas

Tallenay, Jenny de (1884). Souvenirs du Venezuela. Notes de Voyage. Librairie Plon. París, Francia.

Tallenay, Jenny de (1954) [1884]. Recuerdos de Venezuela (apuntes de viaje). Biblioteca Popular Venezolana, nº 51. Ediciones del Ministerio de Educación.  Caracas.

¿Cómo citar este artículo?

Páez, L. (2021). Etnohistoria del arte rupestre tacarigüense: producción, uso y función de los petroglifos de la región del lago de Valencia, Venezuela (2450 a.C.-2008 d.C.). Ediciones Dabánatà, Universidad de Los Andes. http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/47672

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