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Que la memoria no se derrumbe con los muros

En febrero de 1994, Vigirima fue testigo de un acto que aún hoy resuena en la memoria de quienes lo vivieron. El maestro Armando Sasarabicoa Torres Villegas, con mano firme y espíritu creador, levantó sobre los muros de la plaza un mural holístico en honor al tricentenario de la fundación de Guacara. No fue un adorno pasajero, sino una ventana abierta a la profundidad de los símbolos rupestres que habitan en las montañas de Vigirima, allí donde los petroglifos hablan con voz de piedra y transmiten, desde la eternidad, el pulso de una cultura originaria que palpita en cada imagen grabada. Acto de develación del mural de Vigirima, febrero de 1994. Foto cortesía de Armando Sasarabicoa Torres Villegas. Las imágenes que ahora presentamos fueron proporcionadas por el propio maestro Sasarabicoa. Nos retrotraen al instante de la revelación: vecinos expectantes, autoridades presentes, el trazo que cobraba vida y los vecinos que, por un momento, reconocían en aquellas figuras su identidad más ho...

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