Vicente Díaz y la colonización europea de la laguna de Tacarigua (1552-55)

         

De acuerdo a las fuentes consultadas, los avecindados de Borburata comenzaron desde tempranas fechas a impulsar la cría de ganado en las tierras llanas del lago de Valencia. En sus repartimientos instalaron pequeñas unidades productivas, una actividad que prontamente rebasaría a la minería como forma de sostenimiento de la población europea en la región. Tal fue el caso del capitán Perálvarez, uno de los pioneros en introducir ganado de la “otra banda” cordillerana. Así se describe en su declaración jurada de bienes fechada el 2 de enero de 1554, en donde dice poseer “…de la otra vanda de la sierra hasta ochenta y cinco ovejas (…) [y] en su rrepartimiento naguanagua hasta treynta cabezas de puercos…” (en Ponce y Vaccari de Venturini, 1980: 362).

Caja de agua de Valencia. Fuente: Tejera, 1895.

       Así pues, la ganadería representó una significativa transformación de los europeos en sus relaciones con el entorno social y natural tacarigüense. De soldados en armas, y luego mineros, pasaron al ejercicio de la ganadería, formando pequeños hatos que al poco tiempo se convirtieron en importantes unidades productivas para toda la provincia. El caso de Perálvarez fue un ejemplo en ese sentido: desalentado por la infructuosa búsqueda de minas de oro en la región, viajó a la isla de Margarita a comprar ganado para traerlos a sus repartimientos de la “otra banda” cordillerana (Cubillán, 2004: 7). Y es que los colonizadores europeos de Borburata en poco tiempo desistirían de la idea de basar su prosperidad económica en la explotación minera. Paso a paso, tal cual sucedió con los avecindados en otras regiones de la provincia de Venezuela, “…ante la carencia de alternativas más viables, (…) fueron orientando sus actividades hacia el sector agropecuario…” (Aizpurua, 2009: 76).

Uno de los principales promotores de esta empresa fue el capitán y encomendero Vicente Díaz, ya referenciado. Fue él quien, con el ganado vacuno y caballar que tenía en Borburata, fundó un hato en la culata occidental del territorio lacustre, con tan buen tino que “…fue tanto el multiplico que hubo que toda esta gobernación ha quedado tan llena y abastecida que como se ve se cargan los navíos de corambre para los reinos de España…” (Petición de Juan Rodríguez Espejo, 1609. En Nectario María, 1945: 8). En efecto, de acuerdo con el testimonio de Andrés Hernández -testigo de excepción en estos hechos-, en vista de la vertiginosa reproducción del ganado en el estrecho valle costero donde se asentaba la ciudad de Borburata, Díaz “…lo pasó al llano y por el riesgo que en el dho. pueblo abía de enemigos y pobló un Ato con él en el sitio donde oy está poblada la siudad de la Balensia…” (En Nectario María, 1945: 12). Quedan así manifiestas las posibles causas que movieron a Díaz a trasladar su ganado hacia la región lacustre del lago: su acelerado aumento y la exposición del área costera a los ataques de piratas y corsarios. Sin embargo, de acuerdo con los datos recabados, la tesis de la rápida reproducción pudiera ser motivo de debate por la factible intervención de dos factores: 1) la ausencia de tierras con abundantes pastizales en la costa carabobeña que garantizara el adecuado alimento a la manada vacuna; y 2) la posibilidad que la compra de ganado en Margarita, su traslado a Borburata y posterior mudanza a la “otra banda” cordillerana haya ocurrido en un breve lapso de tiempo, como lo sugiere la reconstrucción tentativa fecha por fecha de estos sucesos, tal cual se transcribe a continuación. 

Plaza Bolívar de Valencia. Fuente: Tejera, 1895.

       En efecto, para 1549, estando avecindado en la ciudad de Coro, Vicente Díaz es invitado por Juan de Villegas a incorporarse a la fundación de Borburata[1], cosa que realizó a finales de ese año[2] un tanto después del arribo de Perálvarez y su expedición. Este dato ubica su llegada a la región costera tacarigüense en los primeros meses de 1550, donde sería nombrado caudillo de las correrías para el apuntalamiento de la tierra. Se ocupó así en recorrer toda la región, tardando en ello más de tres meses. Luego, se dedicó a “…descubrir algunas minas de oro…” (Declaración de Andrés Hernández, 1609. En Nectario María, 1945: 11). De tal manera que Díaz consumió buena parte del año 1550 en estas actividades.

Pasadas estas vicisitudes, las fuentes refieren que el capitán Díaz se embarcó en una piragua hacia Margarita con el propósito de comprar y llevar al puerto de Borburata una cantidad indeterminada de ganado vacuno y caballar. En ello, “…fue nesesario tardar mas de seys meses en el biaje que quando llegó al dho. pueblo de la Borburata con dho. ganado se admiraron los besinos de su llegada…” (Declaración de Juan Rodríguez Espejo, 1609. En Nectario María, 1945: 7). Tomando en cuenta los datos antes expuestos, y que en sus correrías por la región salió malherido en una guasábara sostenida con los indígenas (declaración de Andrés Hernández, en Nectario María, 1945: 11), se sugiere que su viaje a Margarita acaso ocurriría a finales de 1550 o -más aún- a principios de 1551. Su llegada a Borburata con el ganado, en consecuencia, se situaría para después de mediados de ese año. 

Ahora bien, ¿en qué momento de la historia el capitán Vicente Díaz mudó el ganado y fijó su residencia en la cuenca del lago de Valencia? Sobre este particular, cabe advertir lo señalado por el historiador Nectario María (1970: 28) en relación a la fundación de la Nueva Valencia[3], sucedida en 1553 de manos del gobernador Alonso Arias de Villasinda. Dicha fundación, al decir del autor (1970: 30), consistió en otorgarle organización y gobierno a un pequeño asiento instaurado por Díaz y un grupo de vecinos de Borburata que le secundaron en la empresa de mudar su residencia a las tierras del lago de Valencia. Para Nectario María, la fundación de la Nueva Valencia se llevó a efecto de la siguiente manera:

 

El licenciado Alonso Arias de Villasinda, conocedor de las actuaciones de Vicente Díaz y del grupo de vecinos que vivían con él junto al hato de ganado, teniendo también en cuenta que su predecesor Juan de Villegas había exteriorizado su voluntad de una nueva fundación, resolvió poblar una ciudad en el asiento donde Vicente Díaz se había establecido y en el curso de diciembre de 1553 (…) pasó personalmente al hato de Vicente Díaz, acompañado de algunos vecinos y levantó el acta de fundación de una ciudad, que convino llamar Nueva Valencia del Rey, al recuerdo de su lar nativo, Valencia de Don Juan, provincia de León (Nectario María, 1970: 57).

 El inicial asiento de Vicente Díaz y la posterior fundación de la Nueva Valencia del Rey, estuvieron así en sintonía con la pretensión de Villegas de fundar un pueblo de españoles “…en la Culata de la dicha Laguna de Tacarigua (…) donde envié a ver el sitio (…) por estar en el comedio de los indios y repartimientos y cerca de las dichas minas…” (Segunda información de los servicios de Juan de Villegas. Borburata, abril de 1551. En Nectario María, 1967: 330). Las únicas minas descubiertas en la región -por lo tanto a las que se hace referencia en la cita- fueron las del Pao y Valle de Chirgua, por lo que cabe la posibilidad que el sitio donde Villegas quería fundar el pueblo se relacione con el escogido por Vicente Díaz, un lugar acaso rodeado de asentamientos indígenas que garantizaba entonces la mano de obra necesaria para el asentamiento europeo en la zona. 

Sin embargo, sobre la fecha de fundación de la Nueva Valencia, Díaz Legórburu (2003 [1986]: 113-114) asume como más plausible el año 1555, fecha suscrita inicialmente por el cronista Oviedo y Baños (1992 [1723]: 126). Díaz Legórburu asume que el gobernador Villasinda no habría tenido, para 1553, el conocimiento necesario de su jurisdicción como para fundar ciudades en vista de su arribo a la provincia de Venezuela en julio de ese mismo año. Incluso, aduce, su prioridad era llevar a efecto juicios de residencia en contra de dos gobernadores antecesores a él. La fecha de 1555 es suscrita también por Pérez Linares (1967: 114-115), al expresar que en el hato de Vicente Díaz Pereira se habría fundado la coronada Villa de la Anunciación de la Nueva Valencia del Rey. Las villas en la Europa Occidental, plantea esta autora (1967: 115), tendrían su principio u origen en haciendas o asientos asociados al campo, como sería el caso del pequeño asentamiento instaurado por Díaz.

Sobre este controversial e inacabado debate relacionado con la fecha de fundación de Valencia, vale advertir que el nombre de Díaz no sale a relucir en los documentos del juicio de residencia que en 1553 y 1554 llevó a efecto el gobernador Villasinda en Borburata. Pero además, tampoco en otros de 1552, emanados del cabildo de esa ciudad vinculados con querellas y pleitos domésticos (Ponce y Vaccari de Venturini, 1980: 173-381). La ausencia de Díaz de la ciudad de Borburata para 1552, por ejemplo, concuerda con lo planteado por Nectario María (1967: 144) sobre la posibilidad de que Juan de Villegas haya iniciado la carta al Rey donde le informó la fundación de la Nueva Segovia de Barquisimeto en la estancia de Vicente Díaz, en la “comarca de Tacarigua”. Ello habría ocurrido, según este autor, el 6 de octubre de 1552. Este dato es muy importante, pues señalaría que para esa fecha Díaz ya estaba instalado en la “otra banda” cordillerana. Consecuentemente, entre otros asuntos, se refutaría la tesis del aumento del ganado como causante de su mudanza a la cuenca del lago de Valencia. Sobre este particular, la historiadora carabobeña Virginia Pérez Linares escribiría lo siguiente:

 

Extraña que el grupo capitaneado por Díaz Pereira emigrara de Borburata sólo porque “al aumentar la ganadería” los terrenos de esta población resultaran insuficientes, ya que las causas eran varias (…) [entre ellas] contrarrestar la acción de los piratas contra la Borburata, así como la de establecer un apoyo en el interior del país para afianzar la conquista del valle de los Caracas (…) El problema referente a la ganadería no era otro que la dificultad para fomentar en la expresada población marina [Borburata], el pasto o forraje que servía de alimento al ganado (1967: 117).

 Seguramente, Díaz sería, para inicios de la segunda mitad del siglo XVI, uno de los más avezados conocedores de la cuenca del lago de Valencia, producto de sus recorridos armados para el apuntalamiento del dominio y control europeo de la región (Nectario María, 1945: 8, 12). Dicho conocimiento, se sospecha, provocó su viaje a la isla de Margarita, vista las favorables condiciones para el fomento de la ganadería que ostentaba el territorio lacustre. Las amplias sabanas llenas de pastizales del lago de Valencia, en contraste con el estrecho valle borburateño e insuficiente forraje que en éste crecía, dejan entrever entonces las iniciales pretensiones de Díaz, relacionadas no solamente con la producción pecuaria sino también con la colonización del estratégico y privilegiado territorio tacarigüense.   

Pues entonces, Vicente Díaz fundó un hato en el corazón mismo de la culata occidental del lago de Valencia, fijando residencia con su esposa, sus quince hijos y sus yernos (Pérez Linares, 1967: 113). Prontamente lo secundarían algunos vecinos de Borburata en la empresa de colonizar la región lacustre, debido a la indefensión de la ciudad costera contra los ataques “enemigos”. Pero además, a la disposición y salubridad del sitio escogido por el capitán y a las ventajas ofrecidas por éste a los que se pasaran con él a la “otra banda” cordillerana: “…les dio a muchos vecinos para que criasen como a este testigo le dio sin interés ocho novillas y dos toretes...”[4] (declaración de Andrés Hernández en 1609. En Nectario María, 1945: 12). Así, con la familia de Díaz, más siete vecinos, se formaría un pequeño asiento cercano a la desembocadura del río Cabriales en la laguna de Tacarigua (Valencia), a la postre el germen para la fundación de la coronada Villa de la Anunciación de la Nueva Valencia del Rey. De estos fundadores, dice Nectario María, estuvieron presentes “…el Capitán Vicente Díaz, Andrés Hernández, Sebastián Ruiz y el Alférez Juan de Angulo…” (1970: 57). 

En definitiva, los datos presentados sugieren que a casi tres años de la ocupación española del contexto espacial de esta investigación (primera mitad de 1552), se sucedería por iniciativa del capitán Vicente Díaz la fundación de un pequeño asiento en las riberas del bajo Cabriales, dando inicio al poblamiento europeo de la cuenca del lago de Valencia. Este pequeño núcleo poblador se incrementaría con la incorporación de vecinos de Borburata en varias oleadas sucesivas importantes, a saber: 1) la primera en 1555, a raíz del ataque de corsarios franceses; 2) luego en 1561, por el paso del llamado Tirano Aguirre; y 3) en 1568, la que marcó el ocaso de la ciudad costera por el constante ataque de piratas y corsarios, el riesgo de las enfermedades y la carencia de pastos para el fomento de la producción pecuaria (Oviedo y Baños, 1992 [1723]: 242; Guerra, 1960: 61; Nectario María, 1970: 59; García Castro, 1997: 503). 



[1] Nectario María, 1945: 7; Díaz Legórburu, 2003 [1986]: 110, 114; Avellán de Tamayo, 2002 [1992]: 521.

[2] Ponce y Vaccari de Venturini, 1980: 325.

[3] Sustentándose en un inventario realizado en 1608 por el cronista Antonio León Pinelo de los documentos existentes hasta ese momento en el Consejo de Indias (Nectario María, 1970: 28).

[4] Asimismo está el testimonio del alférez Juan de Angulo, quien también en 1609 declaró: “…porque el dicho Capn. Bisente Dias a algunos de ellos les dio ganado para que criasen como también le dio a este testigo seys bacas y un toro…” (en: Nectario María, 1970: 50).

Referencias bibliográficas

Aizpurua, José María (2009). Relaciones de trabajo en la sociedad colonial venezolana. Fundación Centro Nacional de la Historia. Caracas.

Cubillán, L. (2004). Un nuevo capítulo sobre la historia de la Nueva Valencia. En: La historia oculta de Valencia. Edición aniversario del Diario Notitarde, 9 de agosto de 2004. Valencia, estado Carabobo. Pp. 6-8.

Díaz Legórburu, Raúl (2003) [1986]. La aventura pobladora. El siglo XVI venezolano. 2da edición. Banco Central de Venezuela. Caracas. 

García Castro, Álvaro (1997). Borburata. En: Diccionario de Historia de Venezuela, 2da edición. Tomo I. Fundación Polar. Caracas. Pp. 503.

Guerra, Rafael Saturno (1960). Recado histórico sobre Valencia. Ediciones de la Universidad de Carabobo. Valencia, estado Carabobo.

Nectario María, Hno. (1970). Historia documental de los orígenes de Valencia, capital del estado Carabobo, Venezuela. Madrid.

Nectario María, Hno. (2004) [1967]. Historia de la conquista y fundación de Caracas. Fundación para la Cultura Urbana. Caracas.

Nectario María, Hno. (1970). Historia documental de los orígenes de Valencia, capital del estado Carabobo, Venezuela. Madrid.

Oviedo y Baños, José de (1992) [1723]. Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela. Biblioteca Ayacucho, num 175. Caracas, Venezuela. 

Pérez Linares, Virginia (1967). El río Cabriales y su lago. Ediciones del Ejecutivo del estado Carabobo. Valencia, estado Carabobo.

Ponce, Marianela y Vaccari de Venturini, Letizia (comp.) (1980). Juicios de Residencia en la provincia de Venezuela II. Juan Pérez de Tolosa y Juan de Villegas. Academia Nacional de la Historia. Caracas, Venezuela.

Tejera, Felipe (1895). Manual de historia de Venezuela para el uso de las escuelas. Tercera edición aumentada y corregida con un prefacio de Rafael Seijas. Caracas.

 Cómo citar este trabajo?

Páez, Leonardo (2021). Etnohistoria del arte rupestre tacarigüense. Producción, uso y función de los petroglifos de la región del lago de Valencia, Venezuela (2450 a.C. – 2008 d.C.). Ediciones Dabánatà, Universidad de Los Andes. Venezuela.

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