Nuevos reportes de petroglifos en la región Tacarigüense, Venezuela (2019-2025)

Se presenta una síntesis de los reportes de petroglifos acaecidos en la región Tacarigüense entre 2019 y 2025, cuyo protagonismo recae en actores locales preocupados por dar a conocer y poner en valor el patrimonio rupestre de sus comunidades. Al reunir y poner en diálogo estos esfuerzos, se pretende socializar el conocimiento disponible y asegurar la continuidad del registro y la documentación de los sitios con arte rupestre de la región. Al mismo tiempo, se aspira fomentar y consolidar una red de colaboradores capaz de nutrir y actualizar la información hasta ahora recabada, siguiendo así con una tradición de observación y estudio que se remonta al último tercio del siglo XIX. En esa medida, se reconoce como aliados decisivos a los promotores y asociaciones culturales locales, a los grupos de senderismo y a los equipos de investigación regionales, cuyo compromiso resulta esencial para sostener y aumentar el monitoreo, inventario y salvaguarda de este patrimonio.

Las revelaciones se basan mayormente en fotografías directas de las representaciones visuales y, en menor medida, del soporte rocoso y entorno inmediato de los sitios con arte rupestre. Nos concentraremos así en describir, cuando la evidencia lo permita, la litología de los paneles rocosos (forma, tamaño, inclinación, orientación, meteorización y colonización rupícula) y la morfología de las figuras y de los surcos. A partir de esta base, propondremos, en lo posible, una asignación tipológica figurativa y una breve comparación con el corpus previamente estudiado a nivel regional y macrorregional.

Esta labor compilatoria se enmarca en una serie de presupuestos que direccionan objetivos de investigación previamente formulados. La región Tacarigüense —es decir, el entorno del lago de Valencia, la franja litoral adyacente, la porción montañosa correspondiente de la Cordillera de La Costa y del Interior y su articulación con los valles interiores, los pasos trasmontanos y los corredores terrestres y fluviales adyacentes— constituye un nodo estratégico para comprender la producción, circulación y persistencia del arte rupestre en el centro-norte y área Costa Caribe de Venezuela y, por extensión, en otras áreas de las Tierras Bajas del Norte de Suramérica. Esto marca el derrotero de lo que venimos personalmente trabajando a partir de ciertos enfoques y nociones, como la propuesta de organización territorial denominada 'Corredor terrestre-fluvial Negro–Orinoco–lago de Valencia', el enfoque semiótico del paisaje y las nociones 'sitios de agregación' y 'damntopofanía', entre otras herramientas teórico-conceptuales. Lo cierto es que la región despunta por la densidad y diversidad de representaciones visuales grabadas, variabilidad técnica, repertorios figurativos, articulación entre manifestaciones rupestres y elementos del paisaje, entre otras evidencias. Ello permite examinar los sitios con arte rupestre regional como escenarios de congregación, intercambio intergrupal, significación cultural, memoria social y ritualidad, en el contexto de una macrorregión históricamente conectada por movilidades, redes de interrelación y continuidades culturales de larga duración. En ese sentido, la región Tacarigüense es un observatorio privilegiado para discutir estilos, temporalidades, prácticas de marcación y agencia paisajística, y para contrastar convergencias y divergencias con otros conjuntos rupestres del norte suramericano.

Así pues, compilamos estos reportes y agradecemos a quienes, aun sin proponérselo, sostienen en el tiempo una práctica de toma de datos e información que se construye sobre el aporte acumulado de muchas personas. En aras de una mejor comprensión del espacio en que se inscriben, presentaremos los reportes acorde con el contexto político-territorial regional y, finalmente, incluiremos un mapa de localización para sintetizar la distribución y posición relativa de los sitios.  

Municipio Girardot, Estado Aragua

El reporte de Khev Camacaro de septiembre de 2023 remite un sitio con petroglifos ubicado en el cerro Las Delicias, predios del Parque Nacional Henri Pittier. Se trata de una roca metamórfica con tres diseños zoo-antropomorfos cercana al cauce de la quebrada Guayamure, un afluente del río Maracay. Los surcos medidos por comparación con un bolígrafo como escala son visibles a simple vista y poseen una sección aparentemente en U, ejecutados por percusión y abrasión para regularizar el trazo. Los diseños identificables ostentan entre sí idéntica morfología, particularidad inusual en los paneles rupestres de la región. Se observan tres cuerpos lineales con círculo central, cabeza puntiforme, extremidades lineal horizontal con giro hacia arriba (superiores) y hacia abajo (inferiores), apédice lineal en la entrepierna extendida a modo de cola y dedos tridáctilos en uno de los casos. En una roca cercana semisumergida en el cauce de la quebrada se registran puntos acoplados con diámetro y profundidades discretas. 

El estado de las representaciones es aceptable, y las amenazas principales podrían ser el tránsito recreativo, la limpieza no técnica de vegetación y la acción abrasiva de la escorrentía. En comparación regional, la asociación de zoo-antropomorfos con cuerpo lineal, cola y cabeza puntiforme dialoga con repertorios ya documentados, incluso en otras regiones de las tierras bajas del norte de Suramérica.


Crédito de las imágenes: Khev Camacaro, septiembre de 2023.

Municipio Libertador, Estado Carabobo

En la subcuenca del río Torito, un afluente del río Pao, se registran dos sitios con petroglifos procedentes de fuentes distintas. La primera es una pieza fotográfica de la colección de Graciela Medina Padilla, difundida en mayo de 2024 por Luis Heraclio Medina en su cuenta de Facebook. La imagen es de 1949 y evidencia la presencia de un diseño zoo-antropomorfo grabado en una superficie rocosa casi vertical del sector Aguacatal, de cuerpo entero con los brazos alzados, apéndices cefálicos radiantes y una línea vertical continuidad del tronco a modo de cola. El torso está compuesto por círculos concéntricos de al menos tres anillos con cúpula central, recurso que refuerza el eje de simetría del diseño. Los surcos, realzados en color blanco en la imagen histórica, parecen de trazos amplios y regulares que sugiere picado con posterior abrasión y sección aparente en U abierta. La ausencia de escala impide precisiones métricas, pero el ancho relativo de línea es consistente con otras ejecuciones regionales de trazo medio. En cuanto a su tamaño, tomando 1,60 m como estatura de las damas en primer plano de la fotografía, pudiera aproximarse a 1,05 m, medida considerable en comparación con las reportadas en la región.

Fuente de la imagen: cuenta de Facebook de Luis Heraclio Medina, mayo de 2024.

La segunda evidencia procede de un panel rocoso ubicado entre los sectores California y La Manga del río Torito, documentado en formato de video por Mildred Camejo en abril de 2024. Se trata de un afloramiento a orillas del cauce, de inclinación baja hacia el flujo, donde se distinguen cuatro diseños en rostro antropomorfo de contorno mayormente cuadrangular y rasgos faciales definidos. Los surcos son de sección mayormente en U y muestran huellas de percusión con posterior abrasión y alisado. Estas representaciones cefalomorfas poseen una amplia distribución en la región Tacarigüense y se adscriben dentro de tipologías trashumantes que apuntan a una tradición visual transregional en las Tierras Bajas del Norte de Suramérica.

Crédito del video: Mildred Camejo, abril 2024.

Municipio Bejuma, Estado Carabobo

Desde el pueblo de Canoabo, Bernardo Ochoa nos hizo entrega de una serie de fotografías de un sitio con petroglifos ubicado en el sector La Sabana de esa localidad. Las imágenes, bajo diferentes condiciones de iluminación y humedad, registran diseños en soportes rocosos semienterrados en grados diferentes. Los surcos presentan sección transversal en U, con huellas de percusión y remates por abrasión. El repertorio combina antropomorfo de cuerpo entero, impronta podomorfa, abstractos con líneas curvas semiabiertas, abstracto con simetría bilateral, zoomorfo de cuerpo entero y cola prensil, geométrico circular con punto central, y otros diseños de difícil descripción. 

Según el reporte de Ochoa, el sitio con petroglifos experimentó un enterramiento inducido durante las obras asociadas a la represa/embalse del río Canoabo entre las décadas de 1970 y 1980. Los movimientos de tierra produjeron mantos de depósitos antrópicos que alteraron la microtopografía inmediata, cubriendo los soportes grabados y anulando su visibilidad. Luego, la acción sostenida de la escorrentía superficial generada por las lluvias viene removiendo los sedimentos finos, de modo que los paneles grabados reaparecen por secciones. Se trata así de una acción que en su momento menospreció o ignoró la presencia de este legado histórico y su afectación.

De modo que el estado de conservación del sitio es regular, condicionado por la acción de la escorrentía y los movimientos del suelo. En comparación regional, el repertorio refuerza las recurrencias ya observadas en algunas subregiones tacarigüenses.








Créditos de las imágenes: Bernardo Ochoa, 2021–2024.

Municipio Guacara, Estado Carabobo

Tenemos varios reportes de sitios con petroglifos en la cuenca alta del río Vigirima, cuyo autor es Luis Ureña, vigirimeño y fundador del colectivo de senderismo “Vigirima a Patica”. El primero, de diciembre de 2021, trata de un sitio en la fila El Jengibre. El soporte corresponde a un pequeño bloque aflorado de roca con plano útil levemente convexo y exposición directa bajo una cobertura vegetal poco densa. La superficie exhibe pátina oscura, manchas de lavado y depósitos de hojarasca fina. El panel, aparentemente fracturado por choque térmico producido por los incendios, se presenta con una inclinación moderada respecto del plano horizontal y una orientación no determinable a partir de la imagen disponible.

La única representación visible corresponde a un diseño en rostro antropomorfo en el que se distingue un contorno oval y ojos-boca puntiformes, tronco en línea recta vertical, extremidades inferiores en línea recta horizontal con giro hacia abajo, apéndice en entrepierna y, quizá, dedos tridáctilos. El análisis de los surcos, condicionado por la ausencia de escala, sugiere un trazo de grosor medio con sección predominantemente en U y huellas de picado seguidas de abrasión para regularizar el perfil. Se observan discontinuidades asociadas a microexfoliación y a la rugosidad natural del soporte. Mientras no se cuente con registro adicional, se propone una tipología preliminar de “rostro sobresaliente” (Páez, 2024), es decir, un diseño en rostro antropomorfo con apéndices corporales minimizados en tamaño.

En cuanto al estado de conservación, se observa fuerte meteorización, donde el soporte se ve afectado por pátina oscura, depósitos orgánicos, microfisuras y sombreados. Entre las amenazas inmediatas destacan incendios estacionales, tránsito de caminantes fuera de sendero y limpiezas no técnicas de la superficie. En comparación regional, este diseño dialoga con los repertorios vigirimeños y, más ampliamente, con la preferencia por trazos en U y composiciones simples que se observan en otros sitios de la región Tacarigüense.


Créditos de las imágenes: Luis Ureña (Vigirima a Patica), diciembre de 2021.

Otro reporte de Luis Ureña, hecho en febrero de 2022, nos revela representaciones grabadas inéditas del sitio Fila El Toco, el cual ya ha sido visitado y reportado por quien escribe. Se trata de varios soportes aflorados con figuras talladas y puntos acoplados, de pátina ocre‑oscura con fracturas que segmentan la superficie. 

De los nuevos soportes registrados destaca un bloque aislado metamórfico cuya cara visible presenta una leve convexidad y una pátina heterogénea en tonos gris claro, gris oscuro y pardo-negruzco, recorrida por vetas blanquecinas y manchas de meteorización. En estas condiciones, el diseño grabado resulta difícil de discriminar con certeza, pues los posibles trazos —entre ellos líneas curvas en forma de voluta que parten de un círculo que rodea dos semiesferas— se confunden con las irregularidades naturales del soporte, las vetas y las manchas de intemperismo. 

La imagen grabada aparece, por tanto, extremadamente erosionada o poco visible en la fotografía disponible, lo que impide definir un tipo figurativo preciso y hace necesario volver para tomar nuevas fotografías con escala, iluminación rasante, además de calcos u otras técnicas de documentación para confirmar y caracterizar adecuadamente el diseño rupestre.

Créditos de la imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), febrero de 2022.

El siguiente soporte es un afloramiento rocoso de formación laminar cubierto por una pátina heterogénea en tonos gris verdoso y gris oscuro, con vetas más claras y manchas de intemperismo. La superficie aparece parcialmente cubierta por tallos y gramíneas secas, lo que dificulta la lectura de los diseños grabados. 

Aun así, se distinguen sobre el plano rocoso varios "puntos acoplados" y surcos finos y poco profundos que dejan entrever la presencia de otros diseños. Estos grabados se confunden en algunos sectores con las texturas naturales del soporte y con las sombras proyectadas por la vegetación, por lo que el conjunto se percibe como un diseño muy erosionado y de difícil delimitación.

Créditos de la imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), febrero de 2022.

Otro soporte presenta una pátina muy erosionada en tonos grisáceos en la parte superior y matices ocres y rojizos hacia el borde inferior, con fisuras y cambios de textura propios del intemperismo, rodeada de hojarasca y vegetación arbustiva. Junto a una imagen grabada se ha colocado un reloj de pulsera que sirve como referencia escalar. Se distingue un diseño geométrico espiralado de surco poco profundo pero bien definido. 

El diseño se dispone alineado en sentido horizontal y ocupa buena parte del panel visible, constituyendo un conjunto de espirales de mediano tamaño que se lee con nitidez pese a la fuerte pátina y a la presencia de hojas y ramas sobre el plano rocoso. Se trata, de acuerdo con la propuesta de clasificación figurativa propuesta en un anterior trabajo (Páez, 2024) de un "espiraldo doble sigmoideo", es decir, dos espirales dispuesto en forma de "S". 

Créditos de la imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), febrero de 2022.

Un tercer reporte de Ureña, realizado en abril de 2022, trata de un nuevo sitio con petroglifos entre los sectores El Corozo y Los Apios. El primer soporte es una laja con foliación marcada, de coloración pardo‑rojiza, expuesta en ladera y con un plano útil subvertical a ligeramente inclinado. La superficie presenta fracturas, exfoliación laminar y pátina oscura. Se observa además cobertura herbácea estacional y rastros de hollín por incendios forestales. Un billete colocado como escala (~15 cm) permite estimar el tamaño relativo de los diseños.

Los surcos exhiben grosor medio, sección mayormente en U y trazado continuo con huellas de percusión y regularización por abrasión. Los diseños observables corresponden a un rostro antropomorfo de contorno oval del tipo "T amazónica" en este caso con nariz y cejas continuas complementado con ojos puntiformes y boca lineal curva unida al contorno por una de sus puntas. A su izquierda se distingue un diseño antropomorfo tipo "vulva", de contorno triangular y línea vertical central unida al vértice inferior del contorno. 

El estado de conservación se valora como regular debido a meteorización diferencial, hollín, biopelículas puntuales y microexfoliación. En comparación regional, la presencia de rostros "T amazónica" y "vulvas" está ampliamente documentada en la región Tacarigüense y Capital del centro-norte venezolano.

Créditos de la imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), abril de 2022.

El segundo reporte entre El Corozo y Los Apios es un bloque alargado de roca metamórfica de tono gris verdoso, con superficie ligeramente convexa y textura laminada, que aflora casi a ras de suelo entre fragmentos rocosos menores, restos de hojarasca y un sustrato de hollín con pequeños brotes de vegetación. La pátina es homogénea, de modo que las posibles huellas de grabado o percutidos aparecen extremadamente difuminadas en la zona lateral del panel, donde apenas se insinúan leves cambios de tono y algunos surcos someros que se confunden con la foliación natural del soporte. 

En estas condiciones, el o los diseños resultan difícil de distinguir, no obstante elucubrar la presencia de un diseño abstracto geométrico de simetría bilateral, posiblemente fracturado por corte del soporte. 

Créditos de la imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), febrero de 2022.

Siguiendo con los reportes de Luis Ureña, corresponde mencionar el sitio con petroglifos del cerro Las Rositas, registrado entre 2021 y 2023. Agrupa varias estaciones dispersas sobre la loma y un cauce de quebrada. Los soportes son lajas con pátina pardo‑negruzca y estratificación laminar. Las fotografías de referencia incluyen escalas (reloj, navaja, billete), que permiten constatar diseños de pequeño y medio formato. Los surcos presentan trazo medio a grueso y sección en U, con huellas de picado y posterior abrasión/alisado. 

Tipológicamente, el repertorio reúne rostros antropomorfos —con y sin apéndices ornamentales—, antropomorfos holomorfos y motivos abstractos de morfologías cambiantes. A ello se añaden diseños geométricos de fuerte presencia visual como los círculos concéntricos y las espirales, además de puntos acoplados dispuestos en agrupaciones y dispersiones sobre los soportes. El resultado es un conjunto sorprendente, de excepcional potencia plástica, que remite a la pericia y a la especialización alcanzada por los grabadores tacarigüenses en la manufactura rupestre.

El estado de conservación es variable. Algunos diseños son observables a simple vista; otros muestran meteorización, fracturas y oscurecimientos por incendios de sabana, microexfoliación y huellas de escorrentías. En cuanto a las técnicas de ejecución, se detallan percutidos y desgaste por abrasión, y en algunos diseños fuertemente trazados un acabado final para suavizar los surcos. 

En términos comparativos, Las Rositas reúne diseños que dialogan con el repertorio local, regional y macrorregional. La amplitud tipológica y la diversidad de técnicas de ejecución permiten suponer una larga continuidad de uso del espacio por diversos actores o grupos, durante la cual probablemente se transformaron las maneras de producir, concebir y significar las imágenes, así como sus contenidos formales y simbólicos.





   

 








Créditos de la imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), 2021-2023.

Pasamos ahora al sitio La Fabianera, localizado en la quebrada Cucharal, documentado fotográficamente por Luis Ureña entre 2019 y 2020. El conjunto se distribuye sobre grandes bloques y lajas de roca afloradas y/o desprendidas, con superficies verticales y ligeramente inclinadas, de textura relativamente homogénea pero atravesados por fisuras naturales y exfoliación en algunos casos. En varios soportes se aprecia una pátina superficial que incrementa el contraste cuando el grabado la corta, aunque esa misma pátina aparece localmente oscurecida por recubrimientos orgánicos y por depósitos de combustión.

En términos morfológicos, el repertorio está dominado por rostros antropomorfos, mayormente del tipo “T amazónica” con contornos ovalados o semicirculares (a veces con tendencia a lo rectangular), ojos puntiformes rodeados de un círculo concéntrico y una composición facial en la que la nariz se integra a la estructura en “T”. En algunos casos, la boca se expresa como un trazo curvo o una línea ligeramente arqueada. Junto a estos rostros se registran antropomorfos holomorfos del tipo “básico”, con tronco lineal, extremidades en línea horizontal con giro y, ocasionalmente, la línea del tronco rodeada por un apéndice circular. Todo ello apunta una sintaxis gráfica consistente con otros repertorios regionales.

La técnica de ejecución corresponde a grabado por percusión con posterior abrasión/alisado en determinados tramos, produciendo surcos anchos en U, de borde suavizado y profundidad variable. 

El estado de conservación es marcadamente heterogéneo. Coexisten sectores de buena legibilidad, donde el surco corta la pátina y mantiene continuidad, con áreas donde la lectura se dificulta por presencia de líquenes, oscurecimiento por hollín derivado de incendios superficiales, desgaste de los surcos o irregularidades del soporte. A ello se suman procesos físicos activos como fisuras que atraviesan los motivos, microfracturación y descascarillado/exfoliación de la superficie grabada. En al menos uno de los soportes, la pérdida laminar parece asociada al choque térmico (calentamiento–enfriamiento rápido), fenómeno coherente con la exposición directa al sol y con episodios de quema, que no solo alteran el tono del soporte sino que aceleran la fragmentación de su capa externa.

En conjunto, La Fabianera se integra con claridad al patrón regional caracterizado por un alto porcentaje de rostros antropomorfos, y su repertorio resulta altamente comparable con registros de otras áreas de las Tierras Bajas del Norte de Suramérica, tanto por la recurrencia del esquema “T” como por la preferencia técnica por el picoteado con acabados por abrasión y la selección de superficies amplias y relativamente planas para la ejecución.








Créditos de imagen: Luis Ureña (Vigirima a Patica), 2019–2020.

Municipio Naguanagua, Estado Carabobo

El 4 de mayo de 2025, Franklin Chirinos nos contactó a través de su cuenta @lajosefinatrailzla de Instagram, para consultarnos sobre la autenticidad de lo que, en su opinión, parecían ser unos diseños rupestres avistados en la fila divisoria entre los cerros Casupo y El Café. Se trata, ciertamente, de un conjunto auténtico compuesto por un diseño posiblemente en rostro antropomorfo y otro geométrico espiralado del tipo levógiro

Los afloramientos rocosos son pequeños, con herbazal ralo y costra de líquenes en uno de ellos. En ambos casos, los diseños muestran surcos medianamente profundos y bordes redondeados, compatibles con una ejecución por percusión (directa o indirecta) y posible abrasión, pero afectados por procesos de meteorización, colonización biológica y, en el primer soporte, por fracturación

Las amenazas más probables que tienen que soportar son las quemas de sabana, el tránsito recreativo sin protocolos de visita y las probables técnicas invasivas de registro a las que se sometería si se hace público su ubicación.


Créditos de imagen: Franklin Chirinos / La Josefina Trail, mayo de 2025.

Municipio Valencia, Estado Carabobo

El 2 de septiembre de 2025, durante su intervención en el Coloquio Guatemalteco de Arte Rupestre, Luis Mendoza, de la agrupación “Proyecto Camino de Carabobo… un camino”, reportó la presencia de diseños rupestres grabados en este municipio, sin divulgar mayores detalles de ubicación. Este reporte sería así el segundo en su tipo en Valencia —no el primero como afirmó Mendoza en su presentación, luego del sitio "Hacienda Guataparo", registrado en la década de 1980 por Armando Sasarabicoa Torres Villegas y publicado en su obra de 2010 "Tras la huella de los petroglifos". 

En líneas generales, es poca la información divulgada sobre el sitio y sus representaciones visuales, circunscrita a unas imágenes de los diseños fuertemente recortadas, con superposición de rótulos y texto que oculta segmentos del soporte rocoso potencialmente diagnósticos. Éstas imágenes se acompañan de copias manipuladas digitalmente para resaltar el delineado de las figuras, creándose una continuidad aparente allí donde los diseños pudieran estar meteorizados, incompletos o simplemente no es verificable en la imagen original. Esta irregularidad es señalada por el mismo Mendoza en su presentación, afirmando que "Por supuesto, advierto que este trazado amarillo no es un trazado exacto sobre la manifestación", quedando asentado que se trata de un ejercicio preliminar no conclusivo de obtención del diseño grabado.

En suma, la presentación del nuevo reporte no permite desarrollar una lectura rigurosa de los aspectos morfológicos de los diseños y sus soportes. Pese a estas dificultades, se alcanza a distinguir surcos tenues, de escaso acabado y poca profundidad, compatibles con diseños previamente registrados en otros sitios de la región. La combinación de trazos curvos y angulados, igualmente recurrente en este tipo de ejecuciones, sugiere una manera particular de manufactura rupestre practicada en algún momento del pasado. Resulta entonces necesario contar con datos adicionales —mejores registros fotográficos, contexto espacial y descripción técnica del soporte— que permitan construir un panorama más preciso y ajustado sobre este sitio reportado.



Fuente de las imágenes: Capture de pantalla de la conferencia "El registro comunitario de manifestaciones rupestres: un acercamiento a su valor social, arqueológico y antropológico", presentada online por Luis Mendoza en el XXVI Coloquio Guatemalteco de arte rupestre, septiembre de 2025.

Municipio Puerto Cabello, Estado Carabobo

En la vertiente norte del Parque Nacional San Esteban, el grupo "Proyecto Camino de Carabobo... un camino" difundió entre finales de 2024 y 2025 un sitio con petroglifos que circuló primero como infografía museográfica en la Casa Herrera de Puerto Cabello y luego como presentaciones públicas de la misma agrupación. 

De lo que puede inferirse de las imágenes presentadas, el panel muestra diseños con motivos predominantemente geométricos, organizados en torno a una figura central que segmenta el espacio en campos rectangulares. Dentro de este diseño abstracto se reconocen motivos curvilíneos, circulares y espiralados, como si se tratara de una “columna” de motivos. A la derecha se distribuye un diseño posiblemente antropomorfo del tipo "holomorfo fusiforme", una clasificación provisional propensa a ajustes. A la izquierda, un posible zoo-antropomorfo con cabeza sin rostro, cuello en línea recta vertical que baja formando el tronco y termina como apéndice tipo cola, tronco rectangular, extremidades lineal vertical con dedos tridáctilos. Otras líneas sinuosas y semiesferas percutidas cierran el conjunto.    

El entorno del petroglifo, tal como se aprecia en el registro in situ, corresponde a un ambiente de quebrada o cauce encajonado con abundante bloques rocosos, alta humedad y cobertura vegetal densa (bosque de galería), condiciones que favorecen el desarrollo de biocrecimiento rupícula y cambios de contraste que hacen que la lectura de los diseños dependa fuertemente de la iluminación y del ángulo de observación.

Finalmente, el estado de conservación del sitio puede calificarse como óptimo. Los diseños presentan surcos profundos, de sección en “U” bien definidos y, hasta donde permite constatar el registro, sin resquebrajamientos ni fracturas que comprometan la integridad del panel. Coincidimos con el Proyecto Camino de Carabobo… un camino en que esta condición física parece depender, en buena medida, del anonimato del lugar, que ha contribuido a mantenerlo al margen de visitas furtivas, de la curiosidad ocasional y, especialmente, de un turismo no regulado que suele acelerar procesos de deterioro y vandalización.


Fuente de las imágenes: 1era) Capture de pantalla de la charla "Guardianes del pasado: importancia de la comunidad en la identificación y reporte de las manifestaciones rupestres", presentada online por Luis Mendoza en el marco de la visita del Grupo de Extensión KUPAI-UCV al Museo Parque Arqueológico Piedra Pintada, diciembre de 2024; 2da) Por Italo Sabatino en el Grupo de WhatsApp "Arte rupestre e historia aborigen", marzo de 2025; 3era) Capture de pantalla de la conferencia "El registro comunitario de manifestaciones rupestres: un acercamiento a su valor social, arqueológico y antropológico", presentada online por Luis Mendoza en el XXVI Coloquio Guatemalteco de arte rupestre, septiembre de 2025 

Palabras finales

Este dossier pretende homenajear la iniciativa de quienes han contribuido con reportes e imágenes al conocimiento del arte rupestre de la región Tacarigüense. Además, subraya la importancia de que la información circule hacia públicos diversos. Por ejemplo, la comunidad especializada requiere datos verificables y metodologías transparentes, y el público general demanda narrativas claras que reconozcan el arte rupestre como patrimonio vivo. La continuidad de la prospección, registro y documentación sistemática de los sitios recién reportados se beneficiarían de la participación activa de las comunidades en la custodia de sus paisajes culturales, pero también del diseño y ejecución de políticas sostenidas de investigación, conservación, protección y puesta en valor por parte de los gobiernos locales, regionales y nacional. Difundir con rigor, evitar intervenciones invasivas y articular esfuerzos ciudadanos con instancias académicas e institucionales son pasos imprescindibles para que éstos y los demás sitios con arte rupestre de la región puedan seguir con su presencia incólume en los lugares donde fueron concebidos. 

Referencias 

Páez, L. (2024). Clasificación tipológica figurativa de los petroglifos de la región originaria Tacarigüense, Venezuela. En Sánchez-Villagra, M.R., Carrillo-Briceño, J.D., Jaimes, A., y Arvelo, L. (eds.). Contribuciones en Venezuela Arqueológica. Scindinge Hall Verlag.

Torres Villegas, Armando (2010). Tras la huella de los petroglifos. Dirección de Cultura de la Alcaldía del municipio Guacara, estado Carabobo.












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